sábado, 27 de marzo de 2010

Barato, barato


Ayer tuve una experiencia vital!! Bajé a San Sebastián de los Reyes con mi hijo mayor para que pasara la mañana en Micropolix. Hasta aquí todo bien, aunque vivimos en el campo, de vez en cuando visitamos la "civilización" y asistimos a algunas actividades lúdicas en la "ciudad".


El momento clave fué ir a comer. Como íbamos con un grupo, se decidió comer en una hamburguesería o "burger", debido a su bajo coste...¿¿BAJO COSTE?? ¿Para quién? Pedí un menú infantil para mi hijo, ufff!! Nunca hubiera pensado que para servir una mini hamburguesa con un mini paquete de patatas fritas se necesitara tanto envase: una caja de cartón de unos 40 cm de largo por 30 de ancho (eso sí, muy llamativo, con un Spiderman y una Polly Pocket monísima!), y dentro: una hamburguesa, un sobre de papel con patatas fritas, servilletas, una cucharilla de plástico envuelta en plástico, 3 sobres de ketchup, un envase de salsa barbacoa...todo con unos 4 ml (?) de tomate dentro, un refresco en un vaso de papel encerado, con una tapa de plástico y una pajita, un petit suisse, un regalo de plástico envuelto en plástico con unas instrucciones a su vez envueltas en plástico. Además todo esto en una bandeja (esta si, reutilizable) con un papel (para que no se manche la bandeja??).


INCREIBLE, creo que los envases podrían pesar el doble de lo que comimos...


Me sentí un poco abochornada, la verdad, primero por consentir ir a un sitio dónde se les enseña a los niños que el continente es más importante que el contenido (vamos que los niños prefieren el "regalo" y pasan de la comida (aunque en este caso, casi mejor si no comen!).


Donde se despilfarran cantidades ingentes de envases, utilizados unos minutos, donde la calidad de la comida deja mucho que desear...y todo esto porque es barato. ¿Cuatro euros y medio por un trozo de carne de dudosa procedencia, una bebida azucarada, un petit suisse y su peso en envases?


Me prometo a mi misma no volver a pisar un sitio de estos nunca más, no llevar a mis hijos, e intentar ser un poco selectiva con los lugares que elijo para comer.

domingo, 14 de marzo de 2010

Thank YOU Alanis


El otro día, desenterrando unas "casettes", escuché una canción que hacía tiempo que no había oido: Thank you de Alanis Morissette. Siempre me inspiró esta canción, pero con los años cobra más y más sentido. Este es mi pequeño homenaje a esta gran artista y a una gran canción, que os traduzco a continuación. Leedla con atención y si la podeis escuchar, mejor:

Qué tal si dejo de tomar estos antibióticos
Qué tal si dejo de comer cuando estoy llena
Qué tal si hay una zanahoria transparente colgando
Qué tal esa tan elusiva fama

Gracias IndiaGracias terror
Gracias desilusión Gracias fragilidad Gracias consecuencia
Gracias, gracias silencio
Qué tal si dejo ya de culparte por todo Qué tal si disfruto el momento por una vez
Qué tal que bien se siente el finalmente perdonarte
Qué tal sufrir por todo de una vez


Gracias India

Gracias terror

Gracias desilusión

Gracias fragilidad

Gracias consecuencia

Gracias, gracias silencio


El momento en el que lo dejé ir
Era el momento en que tenía más de lo que podía manejar
El momento en que salté de ahí Fué el momento en el que toqué fondo

Qué tal si dejo de ser masoquista

Qué tal si recuerdo tu divinidad

Qué tal si grito sin vergüenza frente a tus ojos

Qué tal si dejo de comparar la muerte con detenerse
Gracias India
Gracias Providencia

Gracias desilusión

Gracias a la nada

Gracias claridad

Gracias, gracias silencio

martes, 9 de marzo de 2010

Aperitivos Universales

Hoy he asistido como "tertuliana" a los aperitivos universales, los asistentes a este evento éramos: Iván Martín, diseñador industrial y creador del chubasquero de patata, Iñaki Alonso, arquitecto director de Satt, Pierre Bancon, director de Aveda España, Marcos Aretio, responsable del área cultural del IED y diseñador, Clemente Álvarez, periodista especializado en medio ambiente y ciencia y colaborador de El País desde 2004, José Morán, ex director y creador del Festival de Benicassim y miembro de Universo Vivo, y yo misma, Paloma Rodríguez, consumidora de productos ecológicos y creadora de una tienda ecológica on-line. Además de los "invitados" (entre los cuales se encontraba Margaret E. Fenwick, escritora del blog: Verde que te quiero verde y autora del libro "Ecochic") y el equipo organizador de Universo Vivo.
El tema a tratar en los aperitivos de hoy era:
Ecodiseño: ¿La responsabilidad del cambio está en manos del creador o del consumidor?
En realidad es la "pescadilla que se muerde la cola", si no se producen productos con un diseño ecológico, los consumidores no podrán comprarlos, pero si los consumidores no reclaman o compran dichos productos, los diseñadores no los podrán vender.

Se ha hablado de la necesidad de educar las conciencias, de darse cuenta de la responsabilidad que tenemos como consumidores y diseñadores, de que los actos de cada uno son ejemplos para los demás...En realidad un consumidor y un diseñador consciente del problema medio ambiental puede llevar y acercar el mensaje a otra gente con diferente visión de las cosas.
También son responsables las autoridades, los gobiernos, de la situación medio ambiental, se deberían imponer multas por no reciclar, por fabricar con exceso de embalajes, por contaminar con los procesos de producción. Se ha puesto el ejemplo de paises como Noruega, donde por cada bolsa de basura depositada en el contenedor se paga una tasa...Si cada bolsa de basura que desechamos nos costara dinero, seguro que no compraríamos productos con excesivo embalaje, exigiríamos acaloradamente que los quitaran.

Una idea interesante que ha surgido es el hecho de que el consumidor no tiene suficiente INFORMACIÓN sobre el producto que consume: Método de fabricación, energía, agua consumidas en la misma, procedencia, condiciones laborales de los trabajadores, y un largo etcétera que convendría saber para tomar una decisión sobre el producto a consumir. Se ha propuesto crear un "espacio de información para el consumidor", lo que me parece una propuesta genial en la que intentaré incidir y colaborar si está en mi mano.
Gracias a todos los asistentes por este universal aperitivo.

martes, 2 de marzo de 2010

¿HIELO Y ARENA?


El otro día leí un artículo que me llamó poderosamente la atención...Es curioso como cosas tan cotidianas, cosas que no nos planteamos pueden ser actos nocivos para el medio ambiente. El artículo lo leí en el nº 145 del SENDA NORTE, un periódico local de la Sierra Norte de Madrid, en la sección de "opinión", no puedo estar más de acuerdo con José de Villamisar que en su artículo "Sal y nieve".
Habla de los miles de toneladas de sal que se esparcen por ciudades y carreteras y se pregunta a dónde va a parar tanta sal.
Una buena pregunta, la verdad, me sorprendió, nunca me lo había planteado, pero al momento de leer el artículo, me dí cuenta que ciertamente es un acto poco ecológico.
Días después de leer este artículo ví un programa en la televisión, de estos que entrevistan a españoles viviendo en otros países, y ví que en alemania está prohibido echar sal en las calles (por un tema medio-ambiental, dice textualmente la chica española), y en su lugar echan una arenilla arcillosa que no derrite el hielo, pero que consigue que no te resbales cuando andas sobre el mismo.

De todas maneras, si llevaramos un buen calzado o unas
"cadenas" como los coches, no tendríamos porqué resbalar. Como dice el refrán: "a grandes males, grandes remedios", ¿no?