martes, 2 de marzo de 2010

¿HIELO Y ARENA?


El otro día leí un artículo que me llamó poderosamente la atención...Es curioso como cosas tan cotidianas, cosas que no nos planteamos pueden ser actos nocivos para el medio ambiente. El artículo lo leí en el nº 145 del SENDA NORTE, un periódico local de la Sierra Norte de Madrid, en la sección de "opinión", no puedo estar más de acuerdo con José de Villamisar que en su artículo "Sal y nieve".
Habla de los miles de toneladas de sal que se esparcen por ciudades y carreteras y se pregunta a dónde va a parar tanta sal.
Una buena pregunta, la verdad, me sorprendió, nunca me lo había planteado, pero al momento de leer el artículo, me dí cuenta que ciertamente es un acto poco ecológico.
Días después de leer este artículo ví un programa en la televisión, de estos que entrevistan a españoles viviendo en otros países, y ví que en alemania está prohibido echar sal en las calles (por un tema medio-ambiental, dice textualmente la chica española), y en su lugar echan una arenilla arcillosa que no derrite el hielo, pero que consigue que no te resbales cuando andas sobre el mismo.

De todas maneras, si llevaramos un buen calzado o unas
"cadenas" como los coches, no tendríamos porqué resbalar. Como dice el refrán: "a grandes males, grandes remedios", ¿no?

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