lunes, 6 de diciembre de 2010

Crisis

Artículo de Opinión de EL PAÍS, 10/10/2010, por Natacha Manent Conesa.
Podría ser yo, excepto porque no he viajado por África:

NO ESTAMOS EN CRISIS, SOMOS LA CRISIS

Soy una trabajadora normal, con un sueldo normal y unas necesidades que, a mi juicio, entiendo como "básicas". No renuevo mi vestuario cada temporada, no tengo tele de plasma, ni full HD y utilizo el mismo móvil desde hace siete años. No me importa pagar un poco más por algo con más calidad, sobre todo, con un origen sostenible, y si es "made in Spain", mejor. Me gusta viajar y he viajado un poco por África y otros lares. Mi objetivo, con la que está cayendo, es poder ser "mileurista", despojarme de necesidades superfluas para poder trabajar menos y disfrutar la vida. Y no me quejo.
Creo que no estamos en crisis, estamos en una fase natural de este sistema en el que vivimos. Una sociedad de consumo desmesurado, irracional e irresponsable. De falta de valores coherentes, donde lo único importante es el dinero fácil, obtenido sin esfuerzo y de manera rápida, sin preocupación por cómo se ha conseguido y los efectos colaterales, sin duda, negativos.
Parece que la consigna es que tenemos que consumir para poder producir a destajo y seguir creciendo, el resto no importa. ¿A costa de qué? De explotar personas, personas cada vez más cercanas, y destrozar el planeta. Ahora que sufrimos las consecuencias en primera persona, nos quejamos y culpamos a nuestros políticos, a los empresarios, a la banca, etcétera. ¿A alguien la banca le puso una pistola en la cabeza para que se hipotecara en una vivienda, coche o lo que fuese? ¿Acaso no somos todos responsables de lo que está ocurriendo?
No estamos en crisis, somos la crisis. La verdad es que no sé cuándo saldremos de esta. Cuando esto ocurra me gustaría un cambio radical. Pero mucho me temo que cuando las aguas vuelvan a su cauce todo seguirá igual o peor: más consumo irracional, nuestro entorno explotado y destrozado y, lo que es peor, una sociedad cuyos individuos tendrán aún menos valores y con diferencias sociales más pronunciadas.-- Natacha Manent Conesa. Barcelona.

Natacha, en lo único que disiento contigo es que creo que cada vez somos más los que nos damos cuenta de la situación y vamos a aprender de nuestros errores, seguro, confiemos en las personas...


sábado, 4 de diciembre de 2010

La sabiduría del Silencio Interno


Texto taoísta:
Habla simplemente cuando sea necesario. Piensa lo que vas a decir antes de abrir la boca. Sé breve y preciso, ya que cada vez que dejas salir una palabra, dejas salir al mismo tiempo una parte de tu chi.

De esta manera aprenderás a desarrollar el arte de hablar sin perder energía.

Nunca hagas promesas que no puedas cumplir. No te quejes y no utilices en tu vocabulario palabras que proyecten imágenes negativas, porque se producirá alrededor de ti todo lo que has fabricado con tus palabras.

Si no tienes nada bueno, verdadero y útil qué decir, es mejor quedarse callado y no decir nada.

Aprende a ser como un espejo: Escucha y refleja la energía.

El universo mismo es el mejor ejemplo de un espejo que la naturaleza nos ha dado, porque el universo acepta sin condiciones nuestros pensamientos, nuestras emociones, nuestras palabras, nuestras acciones y nos envía el reflejo de nuestra propia energía bajo la forma de las diferentes circunstancias que se presentan en nuestra vida.

Si te identificas con el éxito, tendrás éxito. Si te identificas con el fracaso, tendrás fracasos.

Así podemos observar que las circunstancias que vivimos son simplemente manifestaciones externas del contenido de nuestra habladuría interna.

Aprende a ser como el universo, escuchando y reflejando la energía sin emociones densas y sin prejuicios. Porque siendo como un espejo sin emociones aprendemos a hablar de otra manera.

Con el poder mental tranquilo y en silencio, sin darle oportunidad de imponerse con sus opiniones personales y evitando que tenga reacciones emocionales excesivas, simplemente permite una comunicación sincera y fluida.

No te des mucha importancia, y sé humilde, pues cuanto más te muestras superior, inteligente y prepotente, más te vuelves prisionero de tu propia imagen y vives en un mundo de tensión e ilusiones.

Sé discreto, preserva tu vida íntima, de esta manera te liberas de la opinión de los otros y llevarás una vida tranquila volviéndote invisible, misterioso, indefinible, insondable como el Tao.

No compitas con los demás, vuélvete como la tierra que nos nutre, que nos da lo que necesitamos. Ayuda a los otros a percibir sus cualidades, a percibir sus virtudes, a brillar.

El espíritu competitivo hace que crezca el ego y crea conflictos inevitablemente.

Ten confianza en ti mismo, preserva tu paz interna evitando entrar en la provocación y en las trampas de los otros.

No te comprometas fácilmente. Si actúas de manera precipitada sin tomar conciencia profunda de la situación, te vas a crear complicaciones.

La gente no tiene confianza en aquellos que muy fácilmente dicen "sí", porque saben que ese famoso "sí" no es sólido y le falta valor.

Toma un momento de silencio interno para considerar todo lo que se presenta y toma tu decisión después. Así desarrollarás la confianza en ti mismo y la sabiduría.

Si realmente hay algo que no sabes, o no tienes la respuesta a la pregunta que te han hecho, acéptalo. El hecho de no saber es muy incómodo para el ego porque le gusta saber todo, siempre tener razón y siempre dar su opinión muy personal.

En realidad el ego no sabe nada, simplemente hace creer que sabe.

Evita el hecho de juzgar y de criticar, el Tao es imparcial y sin juicios, no critica a la gente, tiene una compasión infinita y no conoce la dualidad.

Cada vez que juzgas a alguien lo único que haces es expresar tu opinión muy personal y es una pérdida de energía, es puro ruido.

Juzgar es una manera de esconder sus propias debilidades. El sabio tolera todo y no dirá ni una palabra.

Recuerda que todo lo que te molesta de los otros es una proyección de todo lo que todavía no has resuelto de ti mismo. Deja que cada quién resuelva sus propios problemas y concentra tu energía en tu propia vida.

Ocúpate de ti mismo, no te defiendas. Cuando tratas de defenderte en realidad estás dándole demasiada importancia a las palabras de los otros y le das más fuerza a su agresión.

Si aceptas el no defenderte estás mostrando que las opiniones de los demás no te afectan, que son simplemente opiniones y que no necesitas convencer a los otros para ser feliz. Tu silencio interno te vuelve impasible.

Haz regularme un ayuno de la palabra para volver a educar al ego que tiene la mala costumbre de hablar todo el tiempo.

Practica el arte de no hablar. Toma un día a la semana para abstenerte de hablar. O por lo menos algunas horas en el día según lo permita tu organización personal.

Este es un ejercicio excelente para conocer y aprender el universo del Tao ilimitado en lugar de tratar de explicar con las palabras qué es el Tao.

Progresivamente desarrollarás el arte de hablar sin hablar y tu verdadera naturaleza interna reemplazará tu personalidad artificial, dejando aparecer la luz de tu corazón y el poder de la sabiduría del silencio.

Gracias a esta fuerza atraerás hacia ti todo lo que necesitas para realizarte y liberarte completamente. Pero hay que tener cuidado de que el ego no se inmiscuya. El poder permanece cuando el ego se queda tranquilo y en silencio.

Si tu ego se impone y abusa de este poder el mismo poder se convertirá en un veneno, y todo tu ser se envenenará rápidamente.

Quédate en silencio, cultiva tu propio poder interno. Respeta la vida de los demás y de todo lo que existe en el mundo. No trates de forzar, manipular y controlar a los otros.

Conviértete en tu propio maestro y deja a los demás ser lo que son, o lo que tienen la capacidad de ser.

Dicho en otras palabras: Vive siguiendo la vida sagrada del Tao.

viernes, 3 de diciembre de 2010

Y llegó la nieve


Haciendo un muñeco de nieve


El trineo es el mejor medio de transporte


Fresnos nevados

El parque de Gargantilla con la Peña de la Cruz al fondo


Como dice Pablo: "Espadas de hielo"



A las gallinas no parece importarles que nieve... No ha bajado la producción de huevos!