Ayer estuvimos en el centro especial de empleo de la Fundación APAFAM, en Lozoyuela. Allí enseñan un oficio y emplean a disminuidos psíquicos de la zona de la Sierra Norte de Madrid.
Siempre que voy me sorprendo pues me envuelve una sensación de paz, de calma, como si estuviera en mi casa. No sé, será la gente que hay allí siempre te recibe con una sonrisa, contándote sus cosas, aceptándote sin juzgarte, tratándote como alguien especial, cuando lo especial se encuentra allí, en su máxima expresión, ¿Será por eso que se llama Centro ESPECIAL de Empleo?
Todas las cosas que restauran, que fabrican, que inventan, que trabajan con sus manos, se encuentran impregnadas de ese "no sé qué" que lo hace único, diferente, que lo convierte en arte.
Las chicas se ocupan de la costura, pintura, corte de las telas, de atender a los clientes de la tienda y de mantenerla limpia y ordenada. Los chicos hacen labores de jardinería, carpintería, marquetería.
Son artístas en estado puro, y cuando consiguen perder el miedo a sacar lo que llevan dentro, nos sorprenden con obras dignas de maestros.
Comprar en la tienda de APAFAM es un bálsamo para nuestras conciencias, sabemos quién ha hecho el objeto adquirido, sabemos en qué se invierte el dinero, sabemos que es un artículo único hecho con cariño, esfuerzo y tesón, sabemos que es valioso porque lo hace una persona que le cuesta hacerlo, que le cuesta aprender.
Yo os invito a pasaros por allí, a que vayáis a conocer a Nazaret, Laura, Montse, Paloma, Angelita y el resto de chic@s, os aseguro que no os quedareis impasibles, ¿os apostáis algo?
Todas las cosas que restauran, que fabrican, que inventan, que trabajan con sus manos, se encuentran impregnadas de ese "no sé qué" que lo hace único, diferente, que lo convierte en arte.
Las chicas se ocupan de la costura, pintura, corte de las telas, de atender a los clientes de la tienda y de mantenerla limpia y ordenada. Los chicos hacen labores de jardinería, carpintería, marquetería.
Son artístas en estado puro, y cuando consiguen perder el miedo a sacar lo que llevan dentro, nos sorprenden con obras dignas de maestros.
Comprar en la tienda de APAFAM es un bálsamo para nuestras conciencias, sabemos quién ha hecho el objeto adquirido, sabemos en qué se invierte el dinero, sabemos que es un artículo único hecho con cariño, esfuerzo y tesón, sabemos que es valioso porque lo hace una persona que le cuesta hacerlo, que le cuesta aprender.
Yo os invito a pasaros por allí, a que vayáis a conocer a Nazaret, Laura, Montse, Paloma, Angelita y el resto de chic@s, os aseguro que no os quedareis impasibles, ¿os apostáis algo?
Qué bonito post, Palomita. Y la foto también. Te aseguro que yo un día iré, porque intuyo, por lo que cuentas, que la visita resultará extraordinaria. Me encantan esas sonrisas que muestran las chicas: nobles, generosas y modestas, como el arte en estado puro. Un beso especialmente grande para tí.
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